domingo, 6 de julio de 2008

Post #19 Es domingo por la tarde

Es domingo por la tarde y me encuentro estudiando para mi examen TOEFL. Leyendo el libro del curso me entero que 6 semanas antes de la fecha del examen se cierran las inscripciones. Eso significa que las inscripciones cerraron la semana pasada. Chequé y en efecto, ya no hay inscripciones. ¿Tendré que esperarme hasta octubre para presentar mi examen?

***

La semana pasada tuve la sensación más extraña que alguna vez haya experimentado. De alguna manera sabría que sucedería e incluso sabía que sentiría algo similar precisamente a mediados de junio - julio, pero nunca me imaginé que se sentiría tan fuerte.

Pues resulta que en junio se me vinieron muchos pagos, el del curso de inglés, el del pago del TOEFL, el del pago del GMAT, el del pago del curso del GMAT, el de la tarjeta de crédito y, a parte, tenía que cubrir los gastos correspondientes de la relación que estoy llevando. En la misma línea, también tengo que pagar el teléfono, el internet, la despensa mensual y además mis gastos de todos los días.

Pues en efecto, no me alcanzó con mi salario y, tal como lo tenía planeado, mañana pediré un préstamo a la empresa (de mi propio dinero) para poder cubrir con todos los gastos (principalmente los del curso del GMAT y los exámenes). El préstamo será de miles de pesos.

Sucede que tuve que recortar muchos gastos, comer comida de menor calidad, ver a mi novio dos veces a la semana y con él sólo ir a tomar café y cuando mucho al cine (porque él lo pagó). Nada de taxis, ni trajes a la tintorería, ni zapatos nuevos. Nada de camisas ni corbatas. Tendré que esperarme una semana más para cortarme el cabello y en general recorté muchos de mis gastos. Nada de antro, nada de bar, nada de vida nocturna. Nada de comidas, nada de cumpleaños, nada de fiestas en el trabajo.

Esta situación en verdad me puso muy tenso. Me encontraba totalmente fuera de mi "zona de confort". Estaba y estoy muy irritable, enojado, alterado y viajar en transporte público empezó a causarme una repulsión tal que tenía que hacer muchos esfuerzos para contener mi coraje y no decirle nada a quien por error me pisó o me empujó en el transporte.

Yo veía a la gente que me rodeaba, gente pobre, ignorante, fracasada. Yo no entendía como era posible que yo siendo un hombre exitoso me viera en la necesidad de viajar junto a gente sin metas, sin estudios, mediocre.

Así estaba yo cuando de pronto sucede lo inesperado: Me ofrecen un Jetta 2009 con un engache exactamente igual a la cantidad del préstamo que le pediré a la empresa.

En ese momento me sentí en shock, como si me hubieran echado un balde de agua fría en la cabeza, me sentí paralizado, trataba de procesar la información. ¿Dónde tenía que firmar para tener mi Jetta? Yo no tendría jamas que volver a viajar en metro. Pensé que ya era hora de que demostrara que era un hombre exitoso y que a mis 22 años podía comprarme un auto de agencia y que tenía el suficiente dinero para mantenerlo.

¿No soy yo un hombre que visita algunos de los mejores lugares de la ciudad de México? ¿No estoy rodeado yo de gente muy exitosa y sociable? ¿No soy invitado a los mejores antros y restaurantes de la ciudad? ¿No soy un hombre de negocios?

¿Entonces por qué no tengo carro?- Pensé. ¿Entonces por qué viajo en metro? - Pensé

La verdad es que el contraste es muy grande: me conseguí un excelente trabajo en el lugar top del país y viajo junto a la gente más pobre de la ciudad. Toda esa información me pasó por la cabeza cuando me ofrecieron el plan. Era un plan verdaderamente accesible. Era todo lo que yo deseaba en ese momento.

¿Por qué gastar la misma cantidad de dinero en hacer algo en lo que ni siquiera sé si triunfaré..? No sé si pasaré el toefl, no sé si pasaré el GMAT, no sé si la universidad me aceptará y si me acpeta no sé si me darán la beca. No sé nada, y estoy apostando el 60% de mis ingresos anuales a algo que no sé si pasará. ¿Por qué no mejor olvidarme de todo esto y comprarme un auto? ¿Por qué no dejar de una buena vez por todas tener que viajar en transporte público? ¿Por qué no tener un auto para salir con mi novio en la noche y dejarlo en su casa? ¿Por qué no callarle la boca a las personas que dudan de mi éxito profesional cuando se enteran que viajo en metro?

Yo seguía en shock. Sabía que esto en algún momento sucedería. Sabía que de pronto me quedaría sin un sólo peso en mi cartera. De verdad, sin un sólo peso. Sabía que sería difícil... pero no tanto, nunca me imaginé que me enfrentaría a este tipo de pruebas y mucho menos qué sentiría.

Lloro, sufro y me atormento. Soy un chico que al día de hoy no tengo un peso partido por la mitad. Todo mi dinero está en el toefl, en el inglés, en el gmat, en el pasaporte. Pasó el tiempo estresado, dudando de mi capacidad de lograr las cosas, tratando de encontrar motivos para seguir adelante. Tratando de ver los beneficios a largo plazo. Paso mi tiempo trabajando en mi fe y en mi confianza. Tratando de creer que puedo lograr lo que me proponga, lo que yo desee.

Y así, decidí cancelar la posibilidad de comprarme un auto. Acepté seguir viajando en transporte público, a seguir siendo humillado, señalado, desacreditado. Decidí seguir mojándome bajo la lluvia. Decidí seguir dependiendo del amigo o la amiga que me lleven en su carro. Decidí declinar invitaciones a miles de lugares por lo lejos que me quedan como bosques de las lomas, santa fe y polanco. Decidí que lo mejor para mí era tener el valor de seguir adelante aún sin saber qué pasará, porque entonces me di cuenta de que quien renuncia antes de tiempo, jamás se da la oportunidad de ponerse a prueba, de saber de lo que es capaz de hacer y de lograr. Me di cuenta de que quien se da por vencido antes de siquiera intentarlo se convierte en un mediocre y por ende en un perdedor y pobre. Me di cuenta de que México ya tiene muchas personas pobres y que no necesita de una más. Me di cuenta de que en realidad un auto es una gran tentación, es una enorme necesidad... pero no es algo indispensable.

Sabía que en algún momento el proceso en el que estaba me sacaría de mi zona de confort... pero no sabía qué se sentíría ni que sucedería tan súbitamente.

Y cuando leí la introducción del curso del GMAT no pude evitar llorar: "Esté conciente de que el proceso de hacer el examen GMAT para estudiar una maestría de negocios en el extranjero está diseñado para sacarlo de zona de confort".

Yo ya sabía a qué se refería.

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