martes, 26 de febrero de 2008

Post #6 Una rueda pequeña hace girar a una grande


10 días que he vivido intensamente. Definitivamente, eso de trabajar y estudiar representa un gran reto, sobre todo por el tiempo. O tienes tiempo para una cosa o para otra. Las dos al mismo tiempo esta difícil. Me di cuenta de eso y precisamente de lunes a viernes me dedico al trabajo y nada más. Los sábados desde muy temprano, sí, desde muy temprano me levanto para hacer mi tarea y estudiar. Más tarde me baño y me voy a clases. Regreso y me duermo. Y así, es un sábado típico en mi vida. Lejos quedaron los fines donde la fiesta empezaba en jueves y terminaba en lunes. No. Ahora la vida es diferente.


Esta semana ha sido intensa. En primer lugar mi profesora de inglés me sorprendió al decirme que yo debería estar en un nivel más avanzado. Me dijo que ella veía que yo hablaba mejor, que usaba estructura más avanzadas, que me desenvolvía mejor. Me dijo, por mí te adelanto. Yo me quedé sorprendido y a la vez alagado. Rechacé. No acepté la oferta. Mi respuesta fue no. Y fue porque así lo decidí, vaya estar en el nivel que estoy ha corregido esos “pequeños errores” que hacen la diferencia entre un inglés mal estudiado y uno aprendido bien. Sí, en algunos casos puedo faltar y nada pasará, pero vaya, estar en mis clases de inglés me encanta. El ambiente que se da en el British es muy agradable. Me envuelve, me invita, me dice, sí se puede. Sí. Vaya, me motiva. Y mientras más tiempo pueda pasar estudiando inglés en el British, pues qué mejor. No tengo prisa.

En esa misma semana fue mi evaluación del trabajo. Zaz, llegó cuando menos la esperaba. Cuando me llamó mi jefe me mostré seguro de mi mismo. Por dentro, algo me hacía sentir nervios. No podía evitarlo, eran mis primeros 7 meses de trabajo. Mi primer empleo. Era y soy un recién egresado. Qué podía esperar. No lo sabía.

Estando sentados frente a frente mi jefe me dijo, estoy contento contigo. Tu evaluación muestra que estás dentro de la categoría de empleados altamente efectivos. Te invito a seguir así. Los resultados de tu esfuerzo se reflejarán en tu incremento. Y zaz, me dijo de cuánto sería mi incremento. Me satisfizo. Me sentí a gusto. Pensé, voy por buen camino.

Y es que eso del trabajo es algo bastante serio en donde te adatas o mueres. En estos momentos he estado aislado de mis amigos y familiares de una manera extrema. No los veo en semanas. Antes era diario, más de 12 horas en un día. Ahora, han pasado semanas. Días enteros sin saber de nadie. Cada quien toma sus responsabilidades, yo las mías y en el trayecto hay tan poco tiempo para saber de los demás que me siento triste, aislado, deprimido en cierto grado. A eso hay que agregarle los malos y buenos humores de mi jefa inmediata y por si fuera poco liberar mis proyectos con un récord de cero errores. Tal vez el reto más grande para mí. Todo eso se conjunta para generarme estrés, dormir menos, concentrarme menos, cansarme más, comer más y, por supuesto, cuando tengo un poco de tiempo libre lo que quiero es o ver a mis a mis amigos o dormir. ¿Ir al gimnasio? ¡Otro día!

Todos esos son grandes retos que hay que superar, todos los días hay que estar temprano en el trabajo, contento, con una sonrisa, ser amable, responder a los retos rápido, elaborar proyectos de calidad, hay que estar enterados de lo que pasa en el mundo, leer el periódico, revistas, hojear un libro que tengo desde hace tiempo que quiero terminar, revisar las cuentas de correo electrónico y si se puede y sobra algo de creatividad, actualizar el hi5 y el facebook. Y en el tiempo libre, revisar una página en inglés para incrementar el vocabulario o mejorar la pronunciación.

¿Tener poco tiempo es un gran reto? Tal vez uno más grande sea pasar más de 8 horas diarias con compañeros de trabajo homofóbicos. Por eso, algo dentro de mí me dijo, no es necesario que les hables más allá de lo necesario. Y no estaba equivocado. En mi dilema si sólo tener relaciones laborales con mis compañeros era algo positivo o negativo para mí, decidí preguntarle a uno de los mejores consultores de México. Su respuesta confirmó que lo que yo estaba haciendo era no sólo lo correcto, sino lo mejor para mí. Como tiene una columna en una de las revistas más importantes de México tomó mi caso y lo publicó. Hice hasta lo imposible para disimular mi cara cuando descubrí a mi jefe leyendo esa columna.

Y en medio de tanto movimiento, me detengo, tomo un respiro y me pregunto ¿dónde quedó el amor? Cultivo pequeños éxitos todos los días y no tengo un chico con quien compartirlos. Cada que me despierto y cada que me acuesto lo hago pensando en el mismo niño que hace poco más de dos meses me invitó a salir, argumentando, en ese entonces, que yo le había encantado desde la primera vez que me vio. Yo, no sé si por ingenuo, creí que había encontrado al niño ideal. Joven, buen trabajo, independiente, buena carrera profesional, vive en una zona bien, tiene carro bien y todas esas cosas “bien” que hacen a un niño más atractivo. Y por si esto fuera poco, el niño estaba más que guapo. Lo conocí en la oficina. No me importó. Lo besé. Me invitó a salir y después todo terminó.

En mi locura y desestrés busco a un psicólogo, a un amigo, un tiempo para mí. La vida ahora ha cambiado mucho para mí. A veces me pregunto por qué tengo que pasar por esta nueva vida. Pero siempre tengo en la mente que yo soy uno de los hombres más afortunados por pasar por lo que estoy pasando.

Trabajar me da ingresos, los ingresos pagan mi escuela de inglés, el inglés me prepara para el IELTS y el IELTS es un requisito para la universidad en el extranjero. Levantarse todos los días temprano, bañarse, desayunar, ir al trabajo, revisar los mails, hablar con el jefe, comer, trabajar, regresar a casa, son actividades pequeñas, cosas que parecerían insignificantes pero definitivamente, como se ve desde mi punto de vista, eso es trabajo y así, con esas cosas “insignificantes” me labro el camino que desde ya quiero andar, estudiar mi maestría en el extranjero. Sólo se trata de aguantar o disfrutar, eso depende de mi humor.

domingo, 10 de febrero de 2008

Post #5 Los hechos

>

Han paso los primeros 40 días. He iniciado desde ya dos procesos. El primero es organizar mis finanzas personales y el segundo tomar mis clases de inglés.

Organizar mis finanzas personales porque de alguna manera necesito mantenerme, divertirme, invertir y pagar los cursos que necesito para mi inscripción en la universidad del extranjero.

Aunado a eso, necesito administrar mi tiempo para trabajar, estudiar, dormir, hacer ejercicio, desestresarme y encontrar el amor (o que el amor me encuentre a mí).

Estar con los amigos es una forma de divertirmee, y en mi caso la única. Hace poco celebré mi cumpleaños y el video muestra algo de lo que vivimos esa noche.

El inglés cada días se vuelve más avanzado y cada vez requiero de más tiempo para estudiar. Y cada vez tengo menos tiempo para divertirme. Me gusta la nueva experiencia en la que estoy, pero empiezo a extrañar mi vida sin preocupaciones.

lunes, 4 de febrero de 2008

Post #4 Satisfecho


Crecer en cierta parte es vivir a ciegas. Uno domina casi perfectamente lo que sucede a nuestro alrededor en este momento, en el presente, pero mañana todo puede cambiar. Cada día de cambio es una oportunidad de cambio, sin embargo, muy pocos estamos seguros si estamos lo suficientemente preparados para aprovechar esa oportunidad al máximo.

Sucede que vivimos nuestra vida basándonos en nuestros valores y cuando nos enfrentamos a algo relativamente nuevo lo afrontamos primero con valor y después con nuestro background.

Sin embargo, qué pasa cuando fallamos mientras creímos que hacíamos lo correcto, cuando creíamos que nada podía fallar, que todo estaba controlado, que saldríamos igual de bien librados como en todas las ocasiones anteriores, cuando creímos que nuestra inteligencia y criterio nos darían todas las respuestas y que no había absolutamente nada de que preocuparse. Cuando fallamos, es entonces, cuando nos empezamos a preocupar. Y es más preocupante que cuando nos preguntamos antes si había algo qué pudiera salir mal nuestra respuesta hay sido: todo saldrá bien. Estoy seguro que sí. Y resulta que no.

En primera es un gran golpe emocional, es un shock. Es una cachetada que te dice, reacciona, no todo es como lo crees. No todo funciona igual para todo, ni siempre se obtienen los mismos resultados con el mismo procedimiento. Es entonces cuando nuestra mente nos invita a analizarnos para poder encontrar y entonces sí aprovechar la nueva oportunidad de cambio que se nos presenta.

Pero queda entonces ese sentimiento de que fallamos. De que pudimos haberlo hecho mejor y no lo hicimos. Momentos en los que fuimos soberbios y nos encontramos responsables de que el único que cometió el error, fuimos nosotros.

A veces se pudiera pensar que eso es como una bomba atómica. Y sí, en verdad lo es, la diferencia es que tenemos dos opciones, tirarnos al llanto o de plano respirar profundo, sacar nuestra ira y coraje, mentar madres y después recapacitar en qué fue lo que falló y cómo podemos mejorar para no volver a cometer el mismo error en un futuro.

Una vez que nos dimos cuenta en qué fallamos, de que hicimos todo lo posible para aprender caminos más correctos para provocar el éxito en esas situaciones, nos sentimos tranquilos y hasta un poco motivados pues sabemos que "sabemos" y que la próxima vez tenemos todas las herramientas, ahora sí, para triunfar.A mi la intriga y el ansia me matan por que no sé si la misma situación se me presentará en un futuro como para ahora si aplicar lo aprendido y salir bien librado "como siempre".

Pero bueno, hay algo dentro de mi que me hace sentir bien. Que me dice, ¡Bien hecho! ¡Hoy sabemos algo nuevo! ¡No volveremos a fallar! ¡Ahora sí vas a triunfar! Esos son los pensamientos que me quedan tras un "gran fracaso". Levántate y anda, sal a triunfar, por así resumirlo.

Conocerse a uno mismo puede ser una de las satisfacciones más grandes de la vida, aunque al final de "la experiencia" te encuentres en el mismo punto en el que iniciaste. Conocerse me ha dejado grandes satisfacciones. Del post anterior a éste, conocí algunos de mis puntos buenos y mis oportunidades de mejora. Me siento satisfecho.